La biofilia es la necesidad inherente del ser humano de conectarse con la naturaleza, afectando su salud física y mental. Para comprender el porqué de esta necesidad hay que tener en cuenta que el cuerpo, la mente y los sentidos evolucionaron en un mundo natural, no en uno diseñado por el hombre, ya que el entorno construido es relativamente reciente.
La arquitectura biofílica crea espacios que satisfacen esta necesidad de conexión, al integrar la naturaleza en su diseño, contribuyendo a mejorar la calidad de vida de las personas.
La luz natural es fundamental en la arquitectura biofílica, permite orientarse hacia el día, la noche y las estaciones, de acuerdo a la ubicación y ciclos del sol, así como establecer relaciones visuales entre luz y sombra. Puede llevarse a los espacios interiores mediante tragaluces, paredes de vidrio, materiales reflectantes, colores y otras estrategias de diseño.
La ventilación natural en el entorno construido puede mejorarse mediante variaciones en el flujo de aire, temperatura, humedad y presión barométrica a través de ventanas o tecnología e ingeniería más compleja.
La vista de cuerpos de agua prominentes, fuentes, acuarios, humedales construidos, entre otros, estimula los sentidos y promueve el bienestar. La experiencia suele ser más placentera cuando se percibe como agua limpia que está en movimiento.
El uso de plantas, en especial con flores, es una de las estrategias con mayor éxito para llevar la experiencia de la naturaleza al entorno construido. Se debe tener en cuenta que para lograr ese efecto debe utilizarse vegetación abundante, no plantas únicas o aisladas.
El contacto positivo con la vida animal se puede lograr a través de estrategias de diseño como comederos, techos verdes, jardines u otros.
La percepción y contacto con el clima se logra a través de la exposición directa a las condiciones exteriores, para lo cual se pueden incorporar vistas hacia el exterior, ventanas que se pueden abrir, porches, terrazas, balcones, columnatas, jardines, entre otros.
Los ecosistemas autosustentables en el entorno construido pueden lograrse a través de estrategias de diseño como humedales construidos, claros de bosque y pastizales, techos verdes, entornos acuáticos simulados y otros.
Los materiales naturales más destacados para construir y decorar incluyen la madera, piedra, lana, algodón y cuero.
La incorporación de siluetas y formas naturalistas en lugar de líneas rectas es característico del diseño biofílico.
La mayoría de las oficinas promedio no cuentan con ventanas y carecen de estímulos sensoriales, afectando de manera negativa el bienestar de sus ocupantes.
Se ha descubierto que las oficinas que cuentan con iluminación natural, materiales naturales y vegetación, contribuyen al aumento de la productividad, la mejora del bienestar y la reducción del ausentismo.
Fuente: “The Practice of Biophilic Design” por Stephen R. Kellert
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